viernes

EL GRITO SILENCIADO de Ana Tortajada


La guerra de Irak contra Estados Unidos dio a conocer un poco más la situación afgana, sin embargo Afganistán y su situación hace tiempo que existen. Muchas de las cosas que entonces oímos en los telediarios mientras comíamos, Ana Tortajada, nos las ha contado en El grito silenciado: escuelas clandestinas, mujeres golpeadas en la calle por llevar calcetines blancos, ajusticiamientos en plazas públicas... todas estas atrocidades van llenando el cuaderno de bitácora de esta catalana, que decidida a denunciar la situación del pueblo afgano, nos ofrece su testimonio personal..

Algo que debemos tener muy claro cuando hablamos de la situación afgana es la posición de los talibanes. A veces en Occidente tenemos la idea de que en Afganistán, los hombres son talibanes y las mujeres sufren la consecuencias pero hay que tener bien claro que en Afganistán además de los talibanes, un grupo armado minoritario apoyado desde fuera, y que se ha hecho con el poder, también está la población, los hombres y las mujeres afganos, a quienes se niega todos los derechos. No deja de ser cierto, eso sí, como suele pasar en este tipo de situaciones, que las mujeres se llevan la peor parte.

Sería difícil elaborar una teoría sobre por qué la ignorancia talibana arremete principalmente contra las mujeres que en un primer momento tomaban parte activa en la vida de Afganistán. Prueba de esta actividad son las maestras, funcionarias, médicas... que la universidad afgana ha visto crecer y que ahora han de ejercer su profesión en la clandestinidad. En El grito silenciado se nos cuenta como muchas de las leyendas afganas hablan de mujeres valerosas que han conseguido levantar con su fuerza murallas, destruir dictaduras y propiciar levantamientos militares. Tal vez los talibanes en su ignorancia, han temido la fuerza y lo que es peor, la inteligencia de la mujer que en muchas ocasiones le supera con creces ¿será esta una de las razones por las que se les prohíbe estudiar, aprender?... aun así Tortajada deja bien claro que “muchas mujeres en Afganistán se suicidan o enloquecen porque no puede soportar el cambio brutal que han experimentando sus vidas desde la llegada de los talibanes (…)”
Los talibanes astutamente saben que la mejor manera de evitar el crecimiento humano es cortar sus raíces intelectuales. Se han encargado, por lo tanto, de destrozar museos, libros o cualquier elemento de carácter cultural; unas líneas más arriba hablábamos de las escuelas clandestinas como punto de mira del ojo talibán Ana Tortajada lo cuenta así: “Un pelotón de talibanes armados detiene el autobús en que viaja. Piden los bolsos a todas las mujeres. Descubren que tres de ellas llevan un libro, las obligan a bajar del autobús y se las llevan detenidas. Los talibanes saben que a pesar de sus prohibiciones hay escuelas clandestinas, que las mujeres se reúnen a escondidas para aprender a leer y a escribir y tratan por todos los medios de descubrir estas redes clandestinas.” Resulta admirable como niños y mayores llegan incluso a poner su vida en peligro para asistir a la escuela. Los libros escondidos suponen para los talibanes un arma y como si de tal cosa se tratase pueden incluso detener a aquel que lo porte. Muchas de las revoluciones más significativas del mundo occidental se han fraguado en las aulas y tal vez sea este temor el que haya llevado a los talibanes a inutilizar las universidades.

La libertad de expresión además ha pasado a ser un muerto más en la desgracia de este pueblo de la que únicamente disfrutan aquellos que ostentan el poder, de la misma manera que lo hacen de la luz eléctrica. En Afganistán la libertad, aunque suene a paradoja, no es más que un nombre de mujer, Azada: la mujer libre (del persa, azadi, libertad).

La literatura, la poesía o cualquier manifestación artística han sido satanizadas por los talibanes. Las piezas de los museos han desaparecido porque éstos han sido saqueados y ahora forman parte del mercado negro. Y la única manera de evitar la sublevación es, por lo tanto, mantener al ser humano aislado del mundo exterior así nada que no se vea se deseará ¿será tal vez esta la teoría en la que se han basado para imponer el uso de la burka? La burka se ha convertido para la mujer afgana, en una cárcel móvil, se han prolongado las paredes de la casa al exterior y la mujer deja de ser un ser humano hasta convertirse en un punto azul en medio del mundo. ¿Qué sentiríamos si no pudiéramos mirar a los ojos del que habla? ¿o sonreír al que nos ofrece una flor? ¿O besar a nuestros hijos en medio de una plaza?. Los guiños, la complicidad de unos ojos, la sonrisa, una simple lágrima mueren tras esos muros de tela que algunos se han empeñado en construir para ocultar la vida.

El conflicto armado ha hecho que vivir en Afganistán sea un infierno, pero tampoco es más fácil la vida en Pakistán. Los campos de refugiados muestran las miserias de un pueblo que trata de construir una nueva vida. Pero ¿cómo construir algo cuando los materiales no existen... el maletín de algunos médico apenas cuenta con los medios necesarios para curar una gripe. Resulta difícil imaginarse en circunstancias tales enfermedades como el sida o e1 cáncer...

En un mundo del que Ana Tortajada nos habla bien claro con su “grito”, en el que la consigna es la de que "el pez grande se come al más chico" la situación de la población afgana es para algunos gobiernos solo una pequeña china en un zapato. Hasta que no se detenga la venta de armas, hasta que no se condenen los abusos a la población, hasta que no se haga algo para evitar el tráfico de drogas... nada va a cambiar y he visto a muy pocos altos mandatarios desatarse un cordón porque algo les molestase en el zapato, sobre todo porque es mucho más cómodo cambiarse de zapatos.

Direcciones de interés:
- RAWA (Revolutionary Assotiation of the Women of Afghanistan)
www.rawa.org
- HAWCA (Humanitarian Assistance for the Women and Children of Afghanistan)
www.hawa.itgo.com
- HAWCA-Catalunya:ierusa@hotmail.com

sábado

LA ELEGANCIA DEL ERIZO de Muriel Barbery


Hay cosas que no elegimos al nacer, el ser mujer es una de ellas, por ejemplo, o el pertenecer a una clase social u otra. De ambas casualidades parten todos los presupuestos que de una manera u otra llena las existencias de “La elegancia del erizo” de la francesa Muriel Barbery.

Renné es portera de una edificio parisino en el que vive Paloma, una lista niña que ha nacido en una familia de “altos vuelos”, la primera afirma categóricamente acerca de la segunda que tiene la elegancia del erizo: por fuera está cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero (…) por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes(…). Y efectivamente esa es una muy adecuada definición para Renné, la protagonista de esta historia de historias, que ha vivido muchas vidas y que en realidad vive escondida tras una única realidad, el fingir como mujer ser alguien que no es.

El descubrimiento que una hace de la otra coloca a ambas en un punto de encuentro mágico en el que sus diferencias sociales, de edad e incluso de experiencias vitales encajan a la perfección en un filosófico puzzle. La presencia de personajes como el del Señor Ozu o el de Teresa, la infatigable amiga portuguesa de Renné, llenan de amor y humor un mundo de grandes diferencias y paradojas pero también de curiosas coincidencias y realidades.

La elegancia del erizo” es una historia de mujeres, que por su diferencia de edad enfocan la vida de una manera totalmente distinta el descaro frente a la prudencia, la ironía frente a la paciencia, la rebeldía silenciosa frente al descarado cinismo, la osadía frente al miedo…sentimientos ambiguos dependiendo del momento femenino que ambas vive.

La filosofía, el arte, la cocina, la literatura… y cada una de las manifestaciones artísticas que se le atribuyen al ser humano son los ladrillos que construyen esta cárcel de sentimientos de mujer que es “La elegancia del erizo”.

Solo un problema, el final, aunque no podemos negar que es como la vida misma, no hay duda.


Lectura de capítulos online

'Fahrenheit 451' de GEMMA LIENAS

GEMMA LIENAS

'Fahrenheit 451'

O CLUB DA CALCETA



Un dos agasallos que recordo con máis nitidez ter recibido polos reises foi unha estupenda maquiniña de facer calceta, a “Tricotosa”, como así a lembrarán moitas nenas da miña quinta (o fin e o remate daquela inda non se levaba o tema do xoguete unisex), con ela tecía trapiños de colores -a máquina a pesar das excelencias coas que nos convencía a publicidade non daba para moito máis- pero prestaba tanto ver como cada liña de cor se xuntaba coa inmediatamente anterior a modo de cálido arco da vella que xa non podiamos pensar noutra cousa que nas decenas de minibufandiñas que locerían as nosas bonecas… dende entón, asociada á lá de cores e ós trapiños cos remates espeluxados, quedou illado no meu maxín con sensación de antigüidade o verbo “calcetar”, unha acción que non sei ben por que se reserva dende hai xa tempo ás mans das mulleres máis maiores, as que peinan canas, e recordos, e agarimos e unha chea de sabidorías de valor incalculable que o tempo reserva so para elas. Coa súa obra O Club da calceta, a escritora viguesa María Reimóndez, ademáis de gañar o XIII Premio Arcebispo Iván de San Clemente, retoma este tópico para facer del un inicio de camiño, da man de Elvira, unha calcetadora nata. Así, a obra, coma se de un xersei se tratase, mata dous puntos no medio, da volta do revés, mata dous á ida, da volta do dereito, mata dous á volta, así ata entretecer a nova vida de seis mulleres de xeracións e sustratos ben distintos pero unidas por un espacio común, rodeadas de lá e cestos cheos de agullas.
Matilde, Anxos, Rebeca, Elvira, Luz e Fernanda acadan un lugar de seu para recuperar a figura da tía Davinia, un ejemplo de muller loitadora e soterrada como moitas que o foron no seu tempo, aproveitan o pouco que saben dela para sacar á luz a loitadora que todas levan dentro.
O club da calceta é un club no que da ganas de entrar sempre, para botar unhas risas, para forxar o proxecto que leva hai tempo xa no fondo do cesto, mesturado coas agullas e sobre todo para convertir as mans propias nas dunha muller maior, desas que sempre semellan ser tan sabias.

EL FUTURO: BOOK

¡DÉNOS GANAS DE LEER SEÑORITA!


Soñemos.

Es la prueba llamada de tema, en la oposicion de Lite­ratura.

Titulo del tema: Los registros de la conciencia literaria en «Madame Bovary».

La joven esta sentada en su pupitre, muy por debajo de los seis miembros del tribunal instalados en lo alto, encima de su tarima. Para incrementar la solemnidad de la cosa, imaginemos que ocurre en el gran anfiteatro de la Sorbona. Un olor de siglos y de madera sagrada. El si­lencio profundo del saber.

Un escaso público de parientes y de amigos disemina­dos en las gradas oye su corazón único latir al ritmo del miedo de la joven. Imágenes todas ellas de abajo arriba, y la joven muy al fondo, aplastada por el terror de toda la ignorancia que le queda.

Leves crujidos, toses sofocadas: es la eternidad ante­rior a la prueba.

La mano temblorosa de la joven dispone sus notas de­lante de ella; abre su partitura del saber: Los registros de la conciencia literaria en “Madame Bovary”..

El presidente del tribunal (es un sueño, demos a este presidente una toga sangre-de-buey, edad avanzada, hom­bros de armiño y peluca “cocker” para acentuar sus arru­gas de granito), el presidente del tribunal, pues, se vuelve a la derecha, levanta la peluca de su colega y le murmura dos palabras al oído. El adjunto (más joven, la madurez. rosada y sabia, idéntica toga, idéntico tocado) asiento con gravedad. Lo comunica a su vecino mientras el pre­sidente murmura a su izquierda. El asentimiento se pro­paga hasta los dos extremos de la mesa.

Los registros de la conciencia literaria en «Madam Bovary». Perdida en sus notas, asustada por el brusco de­sorden de sus ideas, la joven no ve que el tribunal se le­vanta, no ve que el tribunal baja de la tarima, no ve que el tribunal se le acerca, no ve que el tribunal la rodea. Alza la mirada para reflexionar y se descubre atrapada en la trampa de sus miradas. Debería sentir miedo, pero esta demasiado ocupada por el miedo de no saber. Apenas se pregunta: ¿qué hacen tan cerca de mí? Vuelve a sumer­girse en sus notas. Los registros de la conciencia litera­ria... Ha perdido el esquema de su tema. iUn esquema tan límpido, sin embargo! ¿Qué ha hecho con el esquema de su tema? ¿Quien le devolverá los claros pasos de su argumentación?

-Señorita...

La joven no quiere escuchar al presidente. No para de buscar el esquema de su tema, desvanecido en el torbe­llino de su saber.

-Señorita...

Busca y no encuentra. Los registros de la conciencia literaria de “Madame Bovary”... Busca y encuentra todo el resto, todo lo que ella sabe. Pero no el esquema de su tema. No el esquema de su tema.

-Señorita, por favor...

¿Es la mano del presidente lo que acaba de posarse en su brazo? ¿Y desde cuando los presidentes de los tri­bunales de oposición posan la mano en el brazo de las candidatas? ¿Es la infantil suplica, tan inesperada en esa voz? ¿Es el hecho de que los adjuntos comiencen a remo­verse en sus sillas (pues cada uno de ellos ha traído su si­lla y todos están sentados a su alrededor?... La joven le­vanta finalmente la mirada.

-Señorita, por favor, olvídese de los registros de la conciencia...

El presidente y sus adjuntos se han quitado las pelu­cas. Muestran el pelo alborotado de los niños, unos ojos grandes abiertos, una impaciencia de hambrientos. -Señorita... ¡cuéntenos Madame Bovary!

-¡No, no!... ¡Mejor cuéntenos su novela favorita! ¡Sí, La balada del café triste! iA usted le gusta mucho Carson McCullers, señorita, cuéntenos La balada del café triste!

-Y después dénos ganas de volver a leer La princesa de Clèves, ¿vale?

-iDénos ganas de leer, señorita! -iGanas de verdad! -¡Cuéntenos Adolphe!

-¡Leanos Dedalus, el capítulo de las gafas! -iKafka! Cualquier cosa de su Diario... -¡Svevo! ¡La conciencia de Zeno!

-¡Leanos El manuscrito hallado en Zaragoza! -¡Los libros que a usted más le gusten! -¡Ferdydurke!

-¡La conjura de los necios!

-iNo mire el reloj, tenemos tiempo!

Como una novela

DANIEL PENNAC

AUDIOLIBROS



LIBROS ROBADOS

ROBADOS


Libros Robados
Eugenio Suárez

DECÁLOGO BÁSICO PARA LECTORES/AS



En materia de lectura, nosotros «lectores» nos per­mitimos todos los derechos, comenzando por aquellos que negamos a los jóvenes a los que pretendemos iniciar en la lectura:

1) El derecho a no leer.

2) El derecho a saltarnos páginas.

3) El derecho a no terminar un libro.

4) El derecho a releer.

5) El derecho a leer cualquier cosa.

6) El derecho al bovarismo.1

7) El derecho a leer en cualquier sitio.

8) El derecho a hojear.

9) El derecho a leer en voz alta.

10) El derecho a callarnos.


1 Enfermedad de transmisión textual. (Término alusivo a Madame Bovary, la protagonista de la novela homónima de Flaubert, lectora compulsiva y apasionada de novelas románticas.)

HOME IS WHEREVER MY BOOKS ARE



A lo largo de los años de la vida en que he vagado errante de un lugar a otro, las personas han ido cambiando. En mi camino han entrado y han salido compañeros, amigos, amantes y seres varios, pero ellos, mis libros siempre me han seguido con la misma fidelidad que Sancho mostraba a Don Quijote, muchas veces incluso encerrados en cajas hasta que el beso principesco de mis manos rompía el hechizo y su ataúd de cartón, devolviéndolos así a una nueva morada transitoria en la que mirarían atentos cómo iba construyendo o destruyendo, según las ocasiones, mi vida.

Muchas veces, ellos han sido la única compañía apacible y silenciosa, con ellos me he tomados las mejores copas, las más reconfortantes. De ellos he aprendido aquello que nadie dice, los mejores besos, los mejores consejos, las mejores lágrimas…han sufrido golpes, han vivido en casas ajenas y a veces lejos de mí, pero siempre impacientes cuando he vuelto a buscarlos me han recibido con abrazos de papel, de esos de amigo al que hace tiempo que no ves…

Siempre en fila y en las trincheras de cuartos, se han mezclado los unos con los otros, colocados de maneras estratégicas para que siempre eligiera el necesario, versos al azar o frases entresacadas de novelas, la palabra adecuada en el momento preciso…

Ellos, a los que incluso llegué a dar un hermano con el que jugar, hoy también me miran mientras escribo esto en su día, en el día de los libros. En esta casa, ojalá la definitiva descansan alborotados e impacientes porque estrenan vida, como yo. Están ansiosos por ver qué sale de esta nueva aventura y se han ordenado una vez más con sus estrategias librescas sacadas de no sé qué novela …pero a mi ya no me engañan, después de tantos años juntos sé perfectamente que esta vista de la ría les encandila y que lo que estos días han visto en mi salón quieren, como yo, que se repita ante sus ojos hasta el fin de los días…

Cristina Corral Soilán

AS PALABRAS DA NÉBOA de Francisco Castro

Unha historia máxica escrita por unha pluma impecable... preséntovos Francisco Castro... un gxenio da palabra escollida...

A pequena Isabel é so iso, pequena, a todos chama a atención pola súa miudeza, esta filla non vai ser capaz de parir, dixo unha vez a nai, máis non debes preocuparte por iso, respondéralle o marido, ela ten outros dons, que dons ten a miña filla, dime José Eugenio de Braga, que dons ten a miña filla que se non vale para parir non sei para que pode valer, non poderías entendelo, está todo nos libros, as súas virtudes están escritas e descritas nos libros (...)

As palabras da néboa
Francisco Castro